Santa Claus

Ya queda poco. Dentro de unas noches, Santa Claus (Papá Noel) visitará nuestro árbol para dejar regalos si hemos sido buenos.

- Bah. Americanadas.- Dice uno a mi lado.
- Yo eso no lo celebro. Es un invento de la Coca-Cola.- Dice otro.

Vamos a remontarnos al origen del mito para ver qué hay de cierto en esas afirmaciones.

Imagen: diosysantidad.blogspot.com
Entre los años 250 y 270 nace, en Patara (Turquía), Nicolás. Con el tiempo se convertiría en bispo de Myra. Según cuentan, fue un hombre muy piadoso y generoso con los más débiles, sobre todo con viudas y niños, a los que no dudaba en ayudar.
En el año 343 muere víctima de persecuciones religiosas y esto hace que los huérfanos y los marineros (entre otros), que habían sido benefactores de su bondad, le nombran santo patrono, y aquí nace el mito.

Cuenta la leyenda que tres doncellas eran tan pobres que no tenían dote para casarse. Su padre, desesperado estba decidido a vender como esclava a una de ellas para casar a las otras dos con el dinero que recogiera. Enterado de esto, el obispo Nicolás, entró una noche en casa de las doncellas por una ventana abierta y dejó en la casa tres bolsas de monedas de oro.

Te suena a algo, ¿a que sí?

El caso es que la fama de Nicolás, convertido en santo, fue tan grande que países como Rusia y Grecia, también lo convirtieron en su patrono. Cada 6 de diciembre se conmemoraba la fecha de su muerte y, durante la Edad Media, la noche anterior se sacaba a la calle comida para el santo y paja para sus caballos. Al día siguiente, los niños que habían sido buenos encontraban regalos en el lugar donde habían depositado los alimentos y la paja. Así se extendió la tradición de intercambiar regalos en estas fechas.

Imgen: domus-romana.blogspot.com
Pero los regalos y las celebraciones de diciembre son aún mas antiguas. En el Imperio Romano se celebraba en diciembre la fiesta en homenaje a Saturno, que celebraba la fertilidad y se intercambiaban regalos.

Pero volvamos a San Nicolás. La tradición se extiende por el norte de Europa y los colonos alemanes y holandeses lo llevan a Norteamérica y siguen celebrando su fiesta. Allí, Sankt Niclaus o Sinterklass, deriva en Santa Claus.

No es hasta 1823 cuando aparece el mito actual de Santa Claus. El pastor norteamericano Clement Clarke Moore escribe un poema: “A visit From Santa Claus”, en el que se cuenta la historia de una especie de duende que viaja en un trineo tirado por nueve renos y que regala juguetes a los niños en la víspera de la Navidad.

Unos años más tarde, en 1863, un inmigrante alemán, Thomas Naast, recibe el encargo de ilustrar el poema de Moore. Y de ahí nace la imagen actual de un Santa Claus gordito, con aspecto bonachón y con su característico traje y gorro rojo (no, esto no fue cosa de Coca-Cola). Además trasladó la residencia del personaje al Polo Norte.

Pero Moore y Naast, no fueron del todo originales en todo esto. Sus ideas están basadas en la
Imagen: morganabarcelona.com
mitología nórdica de Odín y su "cabalgata nocturna": durante la noche de Yule (festividad ligada al solsticio de invierno), Odín sale de cacería, acompañado de los dos cuervos que todo lo ven, y si los niños dejan sus zapatos llenos de heno y azúcar para Sleipnir, su caballo de ocho patas, reciben un regalo en agradecimiento.

No sé a ti, pero a mí esto me resulta muy familiar...

Bueno, pues este es el origen del mito de Santa Claus, Papá Noel para nosotros. Pero ¿qué pasa con la Coca-Cola?
Imagen: cocacolaespana.es

Papá Noel anunció este refresco por primera vez en 1920 en The Saturday Evening Post. Su imagen era la creada 60 años antes por Thomas Naast (tarje rojo incluido). Sin embargo, el Papá Noel tal y como todos lo conocemos en la actualidad nació en 1931, por encargo de la agencia de publicidad de
Coca-Cola al dibujante Haddon Sundblom. Para personificar la bondad y la alegría del espíritu navideño, el ilustrador se inspiró en el poema de Clement Clark Moore.

¿Y cómo ideó su aspecto físico? Al principio copió la imagen de su amigo Lou Prentiss, un vendedor jubilado. Cuando éste murió, el mismo Sundblom se utilizó como modelo.

No obstante, yo seguiré dejando mis zapatos bajo el árbol...por si acaso.