Tú me das cremita, yo te doy cremita.

Con este calor veraniego, ¿qué mejor sitio que la playa o la piscina? Vale, vale, también un río, una poza natural en medio de la montaña...Lo que es inevitable es que, sea donde sea, nos estaremos torrando bajo el sol.

Todo el mundo conoce los peligros que conlleva tomar el sol sin una protección adecuada. Pero ¿realmente sabemos protegernos?

Voy a hablar de dos mitos populares sobre las cremas de protección solar.

Mito 1: "Como no quiero quemarme, en cuanto llegue a la playa me embadurno bien todo el cuerpo como si me hubiera bañado en nata."

Imagen: ideal.es
Este mito contiene dos errores:

Primero, las cremas de protección solar funcionan con productos químicos que comienzan a actuar cuando son absorbidos por la piel, y esto tarda entre 20 y 30 minutos. Esto quiere decir que durante media hora tu piel estará expuesta al sol sin protección.

Segundo: Por el mismo motivo, si no frotas bien la crema hasta que sea totalmente absorbida, aparte de dejarte con un aspecto bastante asquerosito, no te estará protegiendo de nada.

Mito 2: "Como quiero estar muy muy protegido, me pongo un factor 50 o más y me olvido del tema." Pues depende.
El factor de protección solar no indica la intensidad de la protección, sino el tiempo que tu piel estará protegida.

Imagen: nivea.es


Una piel sin protección puede estar entre 5 y 30 minutos al sol sin sufrir quemaduras dependiendo de cada persona. Por tanto, si yo aguanto 15 minutos al sol y me pongo un factor 30 (15x30=450 minutos de protección), voy a estar más tiempo protegido que alguien que agunate 5 minutos y utilice un factor 50 5x50=250 minutos de protección). Esto sin mojarte. Al salir del agua hay que renovar siempre la protección solar.

"¿Y si me pongo crema no me pondré moreno?" Pues no tiene por qué, pero aunque así sea, piensa más en tu salud que en cómo te vean los demás, y déjate de zarandajas.